El fin de semana pasado la red apareció plagada de noticias sobre el trigésimo aniversario del servicio de mensajes cortos SMS (Short Message Service). Aunque la fecha de nacimiento es objeto de debate, lo que está claro es que los SMS siguen gozando de gran popularidad.
El 3 de diciembre de 1992, el programador británico Neil Papworth envió el primer SMS al «teléfono móvil» del director de operaciones de Vodafone, Richard Jarvis, en el marco de unas pruebas. Para enviar este mensaje, que decía «Merry Christmas», tuvo que utilizar su ordenador. Sin embargo, el concepto de SMS empezó a tomar forma a mediados de los 80 del siglo pasado. Desde 1985, el servicio de mensajes cortos forma parte del estándar de comunicación móvil digital GSM: la primera versión de la especificación técnica se adoptó en 1991 por parte de las administraciones de correos, por entonces mayoritariamente estatales.
Por cierto, debemos agradecer a los ingenieros Friedhelm Hillebrand, de la antigua Deutsche Bundespost, y Bernard Ghillebaert, responsable en aquel momento del proyecto de desarrollo y normalización del GSM en France Télécom, el hecho de que la longitud de los mensajes SMS esté limitada a 160 caracteres. (Tras una investigación, habían llegado a la conclusión de que la mayoría de los télex y postales se redactaban con una cantidad aún menor.)
Pero no fue hasta enero de 1995 cuando comenzó el funcionamiento regular de los SMS en las redes GSM. A día de hoy, sigue habiendo división de opiniones sobre qué teléfono móvil –Nokia 2110 o Siemens S3– fue el primero equipado para este servicio.
Después de un inicio gratuito de los SMS, los operadores de redes empezaron rápidamente a monetizar el servicio. En la primera década del siglo XXI, los precios oscilaban entre 8 y 19 céntimos por SMS. Los precios al por mayor también subieron significativamente, lo que acabó rápidamente con muchos servicios de SMS gratuitos en sitios web.
En la actualidad, prácticamente en todas partes se ofrece una tarifa plana de SMS, como elemento estándar de las tarifas de telefonía móvil. En cuanto a la comunicación entre particulares, el servicio ha perdido protagonismo y se ha visto desplazado principalmente por servicios de mensajería OTT como WhatsApp, Signal y Threema, que ofrecen ventajas como el cifrado de extremo a extremo o las conversaciones en grupo, pero que tampoco son (hasta ahora) interoperables.
Como mínimo denominador común, el SMS es un servicio difícil de superar: funciona en todos los teléfonos móviles disponibles actualmente en cuanto se registran en la red. Para ello no se requiere una conexión de datos o a internet.
El SMS posibilita el desarrollo cómodo y seguro de muchos procesos comerciales, especialmente los más urgentes. Un buen servicio de SMS puede facilitar enormemente las transacciones y ayudar a ahorrar costes. He aquí algunos ejemplos: las entidades bancarias envían a los clientes de banca online códigos mTAN para confirmar transacciones, los portales online mandan datos de acceso para la autenticación de doble factor y las empresas de «car sharing» confirman el registro a sus clientes y les informan de sus reservas.
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