Una vez superada la conmoción inicial provocada por el apagón de CrowdStrike, ha llegado el momento del análisis. Con independencia de si las empresas se vieron directamente afectadas o tan solo se llevaron un susto, una conclusión parece estar clara: muy pocos podían imaginarse un fallo a tan gran escala causado por un software que, precisamente, debía proteger los sistemas.
Apagón de CrowdStrike: si por lo menos hubiera seguido funcionando el correo electrónico…
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